Descubrir Gourdon

Una puerta fortificada, callejas estrechas, casas de entramado de madera… Enclavado en la cima de una colina, el Gourdon medieval se visita al azar de los pasos. En él, la historia brota de las piedras y rebota de un monumento a otro como para recordar mejor.

360° desde la explanada

Es el punto de partida imprescindible para cualquier visita de Gourdon. Este paraje situado en lo alto de la ciudad, donde antes dominaban el castillo y las murallas, es el preámbulo ideal, tanto por su papel en la historia del lugar como por su vista panorámica. Desde este cerro se descubren los paisajes ondulados de la Bouriane y del Périgord,  los tejados de la ciudad, hasta donde alcanza la vista.

Un patrimonio arquitectónico único

Perderse por las callejuelas serpenteantes para encontrar el alma del lugar. Deambular al azar de los monumentos y descubrir la iglesia Saint-Pierre cuyas torres imponen su omnipotencia gótica. Seguir avanzando y entrar en la Casa Cavaignac, erigida en el siglo XVIII, en el Ayuntamiento, antigua casa consular del siglo XVII o en la Casa del Senescal, transformada hoy en Centro de Interpretación de la Arquitectura y el Patrimonio. Aquí se revelan los secretos de uno de los más enigmáticos edificios de la ciudad, una buena oportunidad para explorar los oficios medievales, la casa renacentista y la vida cotidiana de Gourdon con el correr de las épocas.

Una tarde en los jardines de la Colina

Un cantero de bojes, fuentes refrescantes, guijarros de río… hay que alejarse del dédalo de calles medievales de Gourdon para descubrir un universo rico en matices de verde, de luces y sombras. Una serie de jardines, cada uno dedicado a una temática en particular. La Edad Media ante todo, con los jardines Zig-Zag. Acondicionados en el espíritu que les infundió Carlomagno, estos abren a un jardín medicinal, un huerto sembrado en jardineras de castaño trenzado, un rosarium y un laberinto de piedra. Justo al lado, los Jardines del Senescal ofrecen un patio de espectáculos adornado con una mariposa íntegramente confeccionada en madera. Más lejos, el patio de la Biblioteca acoge el Jardín de los Cuentos de Hadas, un espacio en donde lo contemporáneo se cubre con estructuras de mimbre, personajes de madera y macizos de gramíneas.