
Una ciudad que mira lejos
Desde las alturas, se domina el Quercy. Al atardecer, el panorama se convierte en un espectáculo. Arriba, las murallas y las callejuelas cuentan la historia de una ciudad libre, comercial, apegada a sus raíces. Gourdon parece orgullosa sin ser altiva. Es la mezcla de piedra y panorama lo que primero llama la atención.
Aquí no se camina por un escenario, sino por un lugar habitado. Las antiguas calles están llenas de mercados, pequeñas tiendas, talleres y bares. Las estaciones marcan el ritmo: mercados, fiestas medievales, eventos culturales. Gourdon vive todo el año, con generosidad.
Paseos y descubrimientos
Alrededor de la ciudad, los caminos se abren para los caminantes, los ciclistas y los amantes de la naturaleza virgen. Se puede caminar junto a un muro bajo de piedra seca, encontrar una orquídea silvestre o escuchar el río. Es un auténtico patio de recreo para pasear tranquilamente.
